viernes, 29 de abril de 2016

Mercenary Kings - La Delgada Línea Entre Homenaje Y Choreo

Terminaba el año, y era momento de partir y cumplir mi próxima misión. Soy un mercenario, vivo de eso. La gente nos contrata para luchar sus batallas, hacer mierda al enemigo. Y claro, esta no era la excepción.


Nuestro objetivo era Claw, el temible ejercito encabezado por Baron, la persona más mala que he conocido sobre la tierra (después de Julian Weich, claro). El destino: Isla Mandrágora, donde el enemigo realizaba experimentos que pondrían en juego el destino del mundo.
Si bien la fuerza del enemigo es temida por todo el mundo, nosotros confiábamos en el equipo. Como no hacerlo con nuestro equipo: Reyes, el mercenario con más valor, Empress, la sexy luchadora que gobierna en el campo de batalla, y yo, quien les escribe.


Ese fue nuestro peor error, subestimar a Baron y su ejército: caímos junto en su trampa. Ahí conocimos bien de cerca a la muerte. Cuando uno está en esa situación, nunca sabe que sucede: si soy un fantasma porque está muerto, si realmente está pensando o todo es realmente una simulación de la vida aún más complejo, y lo peor, no podes controlar tu vejiga.


3 meses. Ese fue el tiempo que estuvimos en coma (por eso no les escribí). Y cuando no sabíamos realmente de qué lado de esa delgada línea que llamamos existencia estábamos, fue que nos suministraron el jugo de Mandrágora, que nos permitió seguir nuestra lucha.
Tenemos un par de reglas, y terminar nuestra misión es la más importante (luego de “tirar desodorante de ambiente al salir del baño”). Está era nuestra segunda oportunidad de enfrentarnos a Baron, pero está vez estábamos más preparado.


Emprendimos nuestro segundo vuelo a la Isla, e instalamos nuestra base de operaciones lejos del campo enemigo. Un ataque de frente no sirvió, nos vimos obligados a plantear nuestra estrategia. Si queríamos llegar y desmantelar la base de Claw, el camino iba a ser largo (más de 30 horitas) y los objetivos varios.

Debíamos avanzar por las diferentes plataformas, eliminando al enemigo a tiro limpio. Constantemente les decía a Reyes y a Empress cuanto me recordaba nuestra situación a Metal Slug, aunque ellos no me entendían (no cualquiera podría diferenciar choreo de homenaje). En este largo viaje recorrimos la jungla, nos adentramos a la ciudad, llegamos al templo y a unas extrañas instalaciones donde científicos eran obligados a trabajar. Realmente hicimos de todo, no solo eliminar al enemigo o limpiar un determinado sector, desde rescate de rehenes a captura del enemigo y su armamento, aunque había momentos donde la infiltración debía ser rápida y sin perder tiempo. Nunca nuestra tarea se hizo monótona.


Pero claro, en esta oportunidad no estábamos solos. Nos acompañó el General, para darnos un informe de la situación; Cadillac, nuestro espía en el campo enemigo; Lawless, con un gran armamento para que personalicemos nuestras armas; Golden Gate, quién nos brindó ítems vitales para el combate; Bluebell, nuestra enfermera sexy, que fabricaba nuestros BioMods (cosos locos con habilidades especiales); un chabón y su helicóptero, el tipo de las cuchillas, el carnicero y los gemelos locos, y un robot que nos facilitó la comunicación para realizar nuestras misiones con ayuda de algún amigote por internet.


Lo más sorprendente fue el gran arsenal que teníamos a disposición. No solo revólveres, escopetas, rifles y ametralladoras, sino que era posible personalizarlas. Comprar un cañón, culata, cargador, mira, tipo de munición. Recuerdo pasar mucho tiempo buscando el arma perfecta: no solo el daño era importante, sino también la cantidad de munición, la cadencia de tiro y sobre todo el tiempo de recarga, elemento vital en el campo de batalla.
A la hora de la acción debo decir que a pesar de estar en coma durante meses, mi movimiento era fluido y respondía muy bien, era preciso y correcto. El escenario era hermoso con su look acartoonado y colorido. La música resultaba repetitiva, no estaba mal; quizás me centraba demasiado en el enemigo.

Ahhhh, el enemigo. Es increíble la cantidad y como salían de todos lados. No solo eso, sino la variedad (y no solo en colores). Contaban con una gran cantidad de trucos: armas, escudos, lanzagranadas e incluso robots voladores, y eso sin contar los jefes. Oh, esos grandes jefes, imponentes. Parecían indestructibles hasta que encontrás su punto débil, si bien se trata de seguir una rutina resulta satisfactorio bajar a uno por primera vez.


Fue un viaje que exigió de nosotros, pero juntos logramos superarlo. Nos cruzamos con los muchachos de Tribute Games, que nos hicieron un juego re piolanga. Y lo mejor es que el boleto si bien sale unos 20 verdes, nosotros lo aprovechamos en oferta en una página Humble Bundle o algo así… La cosa es que es la posta, la pasamos tremendo, duro lo que tenía que durar cuando nos presentó un buen reto. Compra obligada para quienes gusten de saltar y tirar tiritos.


Ahora que hemos salvado al mundo, y ya en casa para descansar, creo que es momento de decirles que entren al link de abajo, bajen lo que tengan que bajar, y dejen de romper un poco las bolas. Gracias, vuelvan pronto y dejen propina.

Link: https://mega.nz/#!DdA2GLJL!XIpq3bl_gtgRG5sne8uKpDo3rAbijdFfJpJoEpufeL8
NOTA: Link arreglado para los que tenian problemas con la imagen.